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¿QUIEN LE HACÍA LA CENA A ADAN SMITH?

Actualizado: 14 ago 2021


El libro recomendado para este mes tiene como objetivo incentivar a pensar económica y financieramente desde otra óptica, en este caso desde una perspectiva feminista. Katrine Marçal, la autora del libro, nos invita a reflexionar y a cuestionar nuestra manera de vivir y si es necesario realizar cambios en nuestros patrones de conducta, que muchas veces fueron adquiridos sólo por el hecho de “así son las cosas”, sin embargo, cuando entendemos el origen de “estas cosas”, nos encontramos con algunas sorpresas.

Adam Smith, el padre de la ciencia económica, escribió en 1776 unas palabras que forjaron nuestra visión de la economía moderna “No de la benevolencia del carnicero, del cervecero y del panadero, sino de sus miras al interés propio, es de quien esperamos y debemos esperar nuestro alimento”, afirmando que el ánimo de lucro hace girar el mundo e ignorando completamente que el cenaba cada noche gracias al trabajo de su madre, que precisamente no lo hacía con ánimo de lucro, más bien por amor.


Sin embargo, fue Adam Smith quien escribió la teoría base de la ciencia económica y no su madre, lamentablemente. Y así nació el Homo Economicus, cínico y egoísta que ha dominado nuestra concepción del mundo hasta hoy, en la manera como compramos, trabajamos y vivimos.


La declaración de Smith, fue reafirmada por John Maynard Keynes en 1930, a pesar de la reciente gran depresión económica vivida en 1929, indicó que la solución a los problemas vívidos se llamaba “crecimiento económico”, si se lograba que la economía creciera, el ser humano podría dejar de preocuparse, al menos en Europa y Estados Unidos. Según los cálculos de Keynes, nos iría tan bien que incluso podríamos permitirnos dejar de trabajar, disfrutar de la vida y contemplar “los lirios del campo”. El crecimiento era el medio y los lirios del campo, el fin. Esto a pesar que estaba consiente que la crisis vivida el año anterior había sido producto del egoísmo y la avaricia, el afirmaba que “sin abejas egoístas no había miel”, “no había otra opción”, en otras palabras, el fin justificaba los medios. Así se forjó el camino para que en las próximas décadas apareciera el Neoliberalismo de la mano de Milton Friedman, dejando al señor “Mercado” responsable de realizar este crecimiento económico, un crecimiento hasta el infinito y más allá, ojalá con la menor regulación posible.


No vamos a hablar de los resultados de este modelo, se los dejamos a la escritora de libro para que nos cuente, sin embargo, razones sobran para afirmar que necesitamos con urgencia un cambio en la economía mundial, por el bien del planeta y de la subsistencia como seres vivos.


¿Qué tipo de economía queremos para el futuro de las nuevas generaciones?, quiero hacer énfasis en las palabras, “queremos” y “nuevas generaciones”, solo por si la tendencia es pensar en “quiero” y “para mí o para mí familia”. Sencillamente nos salvamos juntos como sociedad o simplemente no nos salvamos.


Por lo indicado anteriormente, antes de pensar en una alternativa al modelo, lo primero es deconstruir la manera individualista y egoísta de mirar el futuro, eliminando tendencias como el “yo primero” o “a mí me pasa”.


Tantos detalles que decimos o hacemos en nuestra vida y lamentablemente lo normalizamos. Conductas y formas de NO pensar muchas veces, repitiendo de manera consiente o inconsciente frases tan absurdas.


Disfrutarán de esta crítica y entretenida lectura de este libro.



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